¿Cuántos de nosotros hemos escuchado la advertencia: juega con fuego y te quemarás? Esta mañana, nuestra lectura del libro de Santiago, nos recuerda que la lengua es un fuego y que puede consumirnos. Por un lado, el fuego trae calor, seguridad, agua potable limpia y alimentos cocinados, pero, por otro lado, también es una bestia…